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Sabias que...

 

Eres lo que comes y la comida es un reflejo de quien eres. Tu relación con la comida no es más que la muestra tangible de tu mundo interior. Aprende de tus comidas y comprométete contigo misma a hacer cambios positivos en tu vida.

Suficientes veces habrás escuchado que “somos lo que comemos” y que lo que comes determinará tu salud, tu figura y la energía que tendrás para hacer todo lo que te propongas. Seguro has escuchado mil formas de alcanzar tu peso ideal y haz intentado un millón de dietas sin muchos resultados o con resultados que no son permanentes pues, pronto vuelves a ganar el peso. 

Aunque existen muchas razones que llevan a una persona a ganar peso, la mayoría están relacionados a  la relación que tiene la persona con la comida, es decir las emociones y comportamientos que llevan a una persona a comer de más, comer a deshoras, omitir comidas y sentirse atraída por alimentos de alto contenido calórico o graso. Si, eres lo que comes, pero ¿te has puesto a pensar en que tal vez esa frase tiene otro significado y que es ahí mismo donde puedes encontrar muchas respuestas para hacer los cambios que necesitas?

 

La comida es un reflejo de quién eres y tu relación con ella no es más que la muestra tangible de tu mundo interior. Por ejemplo, los estados emocionales de una persona que padece de depresión afectan la forma en que esta come. Muchas personas reportan pérdida del apetito cuando están deprimidas o por el contrario, usan la comida para auto medicarse y “sentirse mejor”, comiendo en cantidades excesivas alimentos con poco beneficio nutricional. En ambos casos la persona tiene una relación que no es sana con la comida y no está haciendo frente a lo que está sintiendo. 

Generalmente la relación con la comida es un espejo del alma y no es muy diferente de la realidad que vives en otras áreas de tu vida. Si tiendes a carecer de límites para comer, de seguro careces de límites en tus relaciones. Tiendes a decir mucho que sí y no sabes cuándo ni cómo decir que no aceptando a veces cosas que no quieres. De igual forma te pasa con la comida, comes incluso cuando no tienes hambre.

 

Para sanar tu relación con la comida empieza por observarte cuando comes y la forma en que comes. ¿Comes muy rápido? ¿Muy despacio? ¿Porciones muy grandes? ¿Qué sientes antes, durante y después de las comidas? Empezar a conocerte te ayudará a hacer los cambios que necesitas para mantener unos hábitos de alimentación saludables. 

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